Gatos con armadura disparados desde la torre-cañón de una pizzería, cuervos ninja que se quejan de lo poco que ganan como secundarios, delicadas camareras con kimono que esconden misiles en su peinado… ¿tiene esto alguna lógica? En Pequeño Tokio, la ciudad de tres pequeños felinos deben salvar cada día después del trabajo, sí. ¿Preparados para una de las series más alocadas y divertidas que han pasado por nuestras pantallas? 1, 2, 3 ¡despegamos ya!
Samuráis Gatunos contra Robots Gigantes
“Ésta es la ciudad de Pequeño Tokio, donde se unen la tradición con las últimas tecnologías” – dice la profunda voz del narrador que nos introduce en la historia.
Efectivamente, entre sus templos y estrechas callejuelas podemos encontrar personajes vestidos como en el periodo Edo (siglos XVII a XIX) manejando ordenadores y teléfonos móviles. Lo más curioso es que estos habitantes son “animaloides”, muñecos biotecnológicos que piensa y actúan como seres vivos, con forma de gato, perro, pájaro… o de oso panda, como el mismo Emperador Fred. Como el Emperador no está en sus cabales, y lo único que hace es bailar y repetir “Freeed”, hay un Consejo que gobierna la ciudad en su nombre. Uno de los principales consejeros es Seymour Big Cheese (El Gran Quesote), un zorro ladino que conspira en secreto para apoderarse del gobierno. Tiene a sus ordenes un ejército de cuervos ninja capitaneado por Bad Bird (Pájaro Malo), y en cada episodio urde un plan infalible para apoderarse de la ciudad, que suele consistir en un robot gigante que lo arrasa todo pero que acaba destruido por los buenos, lo que provoca tal berrinche en el Gran Quesote que él también explota como una bomba.
Nuestros héroes felinos trabajan como camareros y repartidores en Pizza Cat, un establecimiento regentado por la metódica gatita Francine. Son un trió formado por Guio Anchoa, el ligón siempre dispuesto a lucirse, Polly Esther, muy femenina pero con un terrible mal genio que puede estallar en cualquier momento, y su líder Speedy Ceviche, no muy listo, todo hay que decirlo, pero un verdadero maestro en la lucha manejando su espada mágica Ginzu. Cuando reciben un aviso cambian los delantales por sus respectivas armaduras y salen a combatir al monstruo de turno. A veces necesitan la ayuda del Equipo de Rescate, integrado por el General Catton Meowzma O’Tool, Spritz T. Cat y Bat Cat, cada uno con un armamento especial que pueden combinar entre sí. Y si todo esto falla, siempre pueden recurrir al Catatónico Supremo, un inmenso gato-robot, primo hermano del de los Power Rangers, que se esconde en las montañas de las afueras, custodiado por el Gurú Lou, el guía espiritual de nuestros héroes, del que reciben consejos tan sabios y útiles como “Recoged leña, hacedme la comida, dadme un masaje y luego buscaos la vida”.
Así van rechazando a enemigos cada vez más poderosos y estrafalarios, hasta que El Gran Quesote idea un plan tan diabólico que puede destruir completamente el país entero. ¿Conseguirán detenerlo a tiempo? ¿Si? ¿Por supuesto? Yo no estaría tan segura…
Dos versiones para un mismo caos
Aunque muchos no lo recordéis, este anime ya ha pasado varias veces por nuestra televisión, primero ofrecido en canal abierto por Canal+ y después dentro de la programación Fox Kids en Canal Satelite Digital.
Está basado en Kyattô Ninden Teyandee, una serie producida por la veterana Tatsunoko (creadores de Comando G, Meteoro o Chico Terremoto, entre otras muchas) que se estrenó en TV Tokyo en febrero de 1990.
Y digo “basado” porque en realidad son dos series distintas; cuando en 1991 el consorcio americano Saban compró los derechos para su difusión internacional no se contentó con traducir la historia, un equipo de guionistas la rescribió de arriba abajo, con otros diálogos, nuevos chistes, situaciones cambiadas… La nueva versión, titulada Samurai Pizza Cats, fue traducida después del inglés al alemán, francés, hebreo y español: Los Gatos Samurái. Los 54 episodios originales se habían quedado en 52, y aún tuvimos suerte, en Estados Unidos la censura sólo permitió 40.
Hay grandes diferencias entre las dos versiones, empezando obviamente por los nombres: Yattarô es Speedy, Pururun (sonido de ronroneo) es Polly, Sukashii es Guido, la ciudad de llama Edoropolis (Edo era el antiguo nombre de Tokio)…
La original japonesa es un poco más seria, dentro de lo que cabe; el desarrollo es más coherente aunque también más convencional, mientras que en Samurai Pizza Cats los escritores dejaron volar su imaginación y algunos diálogos son dignos de Woody Allen. Dejando de lado el cromen intelectual que representa modifican un guion entero, hay que reconocer que hicieron un buen trabajo (si me preguntan después, yo nunca he dicho esto, ¿eh?) y realizaron una de las parodias mas hilarantes que yo recuerde. Varían también las relaciones entre los personajes, como el disputado triangulo amoroso entre Guido, Lucille (la chica que lleva una casa de té) y Speedy, y su repentino acercamiento a Polly en los últimos episodios.
Acabada la serie, apareció en Estados Unidos una supuesta película, en realidad un video con un resumen concentrado de los primeros y últimos capítulos televisivos. Su adaptación al manga tampoco ha tenido mucha fortuna, a excepción de las docenas de dôjinshis realizados por aficionados.
Los tres primero episodios del manga oficial se publicaron en Cyber Comics, una revista mensual de Bandai que cerró poco después. Volvieron a aparecer en Comic Dyne, pero esta revista se canceló también. Bandai renunció entonces a editar manga directamente y fundó para ello la compañía Media Works, con el sello Dengeki Comics, quien finalmente se llevó el gato al agua y publicó íntegra la historia de Kyattô Ninden Teyandee en 1998, firmada por Tatsuya Sôma con un estilo muy parecido al anime, divertido, dinámico y con clara tendencia al super deformed.
Por la parte americana, Saban Power House Comics ha publicado de vez en cuando alguna aventura suelta de sus cyberfelinos.
Aparte del merchandising habitual, incluyendo diversos peluches y modelos, también se lanzaron en el mercado japonés un par de discos que recopilaban la música de la serie, casi imposibles de conseguir hoy día, pero muy recomendables si conseguís haceros con alguno, puesto que son obra del prestigioso Kenji Kawai (Patlabor, Ghost in the Shell, Ranma 1/2, Ah! Mi diosa…).
Samuráis Gatunos contra Robots Gigantes
“Ésta es la ciudad de Pequeño Tokio, donde se unen la tradición con las últimas tecnologías” – dice la profunda voz del narrador que nos introduce en la historia.
Efectivamente, entre sus templos y estrechas callejuelas podemos encontrar personajes vestidos como en el periodo Edo (siglos XVII a XIX) manejando ordenadores y teléfonos móviles. Lo más curioso es que estos habitantes son “animaloides”, muñecos biotecnológicos que piensa y actúan como seres vivos, con forma de gato, perro, pájaro… o de oso panda, como el mismo Emperador Fred. Como el Emperador no está en sus cabales, y lo único que hace es bailar y repetir “Freeed”, hay un Consejo que gobierna la ciudad en su nombre. Uno de los principales consejeros es Seymour Big Cheese (El Gran Quesote), un zorro ladino que conspira en secreto para apoderarse del gobierno. Tiene a sus ordenes un ejército de cuervos ninja capitaneado por Bad Bird (Pájaro Malo), y en cada episodio urde un plan infalible para apoderarse de la ciudad, que suele consistir en un robot gigante que lo arrasa todo pero que acaba destruido por los buenos, lo que provoca tal berrinche en el Gran Quesote que él también explota como una bomba.
Nuestros héroes felinos trabajan como camareros y repartidores en Pizza Cat, un establecimiento regentado por la metódica gatita Francine. Son un trió formado por Guio Anchoa, el ligón siempre dispuesto a lucirse, Polly Esther, muy femenina pero con un terrible mal genio que puede estallar en cualquier momento, y su líder Speedy Ceviche, no muy listo, todo hay que decirlo, pero un verdadero maestro en la lucha manejando su espada mágica Ginzu. Cuando reciben un aviso cambian los delantales por sus respectivas armaduras y salen a combatir al monstruo de turno. A veces necesitan la ayuda del Equipo de Rescate, integrado por el General Catton Meowzma O’Tool, Spritz T. Cat y Bat Cat, cada uno con un armamento especial que pueden combinar entre sí. Y si todo esto falla, siempre pueden recurrir al Catatónico Supremo, un inmenso gato-robot, primo hermano del de los Power Rangers, que se esconde en las montañas de las afueras, custodiado por el Gurú Lou, el guía espiritual de nuestros héroes, del que reciben consejos tan sabios y útiles como “Recoged leña, hacedme la comida, dadme un masaje y luego buscaos la vida”.
Así van rechazando a enemigos cada vez más poderosos y estrafalarios, hasta que El Gran Quesote idea un plan tan diabólico que puede destruir completamente el país entero. ¿Conseguirán detenerlo a tiempo? ¿Si? ¿Por supuesto? Yo no estaría tan segura…
Dos versiones para un mismo caos
Aunque muchos no lo recordéis, este anime ya ha pasado varias veces por nuestra televisión, primero ofrecido en canal abierto por Canal+ y después dentro de la programación Fox Kids en Canal Satelite Digital.
Está basado en Kyattô Ninden Teyandee, una serie producida por la veterana Tatsunoko (creadores de Comando G, Meteoro o Chico Terremoto, entre otras muchas) que se estrenó en TV Tokyo en febrero de 1990.
Y digo “basado” porque en realidad son dos series distintas; cuando en 1991 el consorcio americano Saban compró los derechos para su difusión internacional no se contentó con traducir la historia, un equipo de guionistas la rescribió de arriba abajo, con otros diálogos, nuevos chistes, situaciones cambiadas… La nueva versión, titulada Samurai Pizza Cats, fue traducida después del inglés al alemán, francés, hebreo y español: Los Gatos Samurái. Los 54 episodios originales se habían quedado en 52, y aún tuvimos suerte, en Estados Unidos la censura sólo permitió 40.
Hay grandes diferencias entre las dos versiones, empezando obviamente por los nombres: Yattarô es Speedy, Pururun (sonido de ronroneo) es Polly, Sukashii es Guido, la ciudad de llama Edoropolis (Edo era el antiguo nombre de Tokio)…
La original japonesa es un poco más seria, dentro de lo que cabe; el desarrollo es más coherente aunque también más convencional, mientras que en Samurai Pizza Cats los escritores dejaron volar su imaginación y algunos diálogos son dignos de Woody Allen. Dejando de lado el cromen intelectual que representa modifican un guion entero, hay que reconocer que hicieron un buen trabajo (si me preguntan después, yo nunca he dicho esto, ¿eh?) y realizaron una de las parodias mas hilarantes que yo recuerde. Varían también las relaciones entre los personajes, como el disputado triangulo amoroso entre Guido, Lucille (la chica que lleva una casa de té) y Speedy, y su repentino acercamiento a Polly en los últimos episodios.
Acabada la serie, apareció en Estados Unidos una supuesta película, en realidad un video con un resumen concentrado de los primeros y últimos capítulos televisivos. Su adaptación al manga tampoco ha tenido mucha fortuna, a excepción de las docenas de dôjinshis realizados por aficionados.
Los tres primero episodios del manga oficial se publicaron en Cyber Comics, una revista mensual de Bandai que cerró poco después. Volvieron a aparecer en Comic Dyne, pero esta revista se canceló también. Bandai renunció entonces a editar manga directamente y fundó para ello la compañía Media Works, con el sello Dengeki Comics, quien finalmente se llevó el gato al agua y publicó íntegra la historia de Kyattô Ninden Teyandee en 1998, firmada por Tatsuya Sôma con un estilo muy parecido al anime, divertido, dinámico y con clara tendencia al super deformed.
Por la parte americana, Saban Power House Comics ha publicado de vez en cuando alguna aventura suelta de sus cyberfelinos.
Aparte del merchandising habitual, incluyendo diversos peluches y modelos, también se lanzaron en el mercado japonés un par de discos que recopilaban la música de la serie, casi imposibles de conseguir hoy día, pero muy recomendables si conseguís haceros con alguno, puesto que son obra del prestigioso Kenji Kawai (Patlabor, Ghost in the Shell, Ranma 1/2, Ah! Mi diosa…).
yo empece a ver la serie por un compañero de clase que hablaba de ellos, y la encontre bastante divertida. el ultimo capitulo es uno en el que muestran el casting de la serie con los personajes ganandose sus papeles. no lo vi hasta años despues, en el colegio pense que el ultimo era uno en el que spedy y pajaro malo destruian un cometa. la bso esta en youtube, yme parece bastante buena.por ultimo, los primeros episodios en japones, parecen mas serios, pero conforme avanza la serie se vuelve mas comica.
ResponderEliminarempece a ver la serie por un compañero de clase que hablaba de ella y me parecio muyu divertida. he visto capitulos en japones, los primeros parecen mas serios, pero conforme avanza la serie se vuelve mas divertida. la banda sonora esta en youtube, y me parece bastante buena.
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