x_La canción de Ariadna, Irene Roga

Dentro de su línea Gaijin, Glénat publica ‘La canción de Ariadna’, primer proyecto de envergadura de la autora Irene Roga. De temática mitológica, historia romántica y fuerte influencia del estilo de ‘Los Caballeros del Zodiaco’, se trata de un manga español muy entretenido y romántico, muy cinematográfico en su ritmo y en su presentación, y una gran carta de presentación de la guionista e ilustradora andaluza.


La historia:

Ariadna es la hija adolescente de Kreios, rey de Athamenia, un pueblo adorador de Atenea. Su madre murió y Melanthia se convirtió en la segunda esposa de su padre. La joven está enamorada de Órelan, hijo del rey de Bathmos, y sueña con casarse con él. Pero a instancias de su madrastra, Kreios acuerda su matrimonio con el primogénito del rey de Phrixos, un reino que venera a la gorgona Esteno. Ariadna y Órelan huirán, pero, con la ayuda de Atenea, tendrá que hacer frente a la diabólica criatura.


Opinión personal:

Como historia de amor es intachable. Los toques mitológicos y fantásticos están introducidos con inteligencia sin alterar el ritmo de la narración. Si es cierto que, quizás, la diosa de la sabiduría, la protagonista Ariadna y la historia de amor con toques del ‘Romeo y Julieta’ de William Shakespeare, pueden hacer pensar que se una obra dirigida únicamente para un público femenino, pero, personalmente, no lo veo así, ya que hay mucha acción. Eso sí, he notado cierta premura en finalizar la obra, lo que hace que la batalla final entre las fuerzas invasoras de Phrixos y las de Athamenia no resulte tan espectacular como hubiera requerido un clímax de esa envergadura, aunque eso hubiera alargado su final. O quizá simplemente Irene Roga prefirió un clímax emocional y romántico (la brillante confrontación entre Ariadna y Órelan en la segunda mitad del libro) antes que uno épico. La batalla con la gorgona, en cambio, sí se convierte en un gran techo de la primera parte de la obra.



En resumen:

‘La canción de Ariadna’ es un tomo manga de la línea Gaijin de Glènat que, sinceramente, me ha gustado muchísimo, a pesar de su apresurado final, en mi opinión, con una bella historia de amor, contada con ternura y sensibilidad pero también con un frenético ritmo, casi cinematográfico.